martes, 18 de junio de 2013

El Petting



Desde siempre se ha considerado a la penetración la cumbre de toda práctica sexual. No se concebía la idea de tener relaciones con una personas sin que se llegase a la penetración, ya que eran consideradas relaciones “incompletas”.  Ya en en S.XXI, otras prácticas, que no son la penetración, están cobrando un mayor protagonismo al no ser ya consideradas peversas o, para algunxs, pecaminosas. Y éstas son la clave. La penetración es de las pocas prácticas sexuales que conlleva, además de riesgo de embarazos no deseados, riesgo para contraer ITG’s (Infecciones de Transmisión Genital o lo que conmunmente se denominan Enfermedades de Transmisión Sexual, ETS’s). Entonces, ¿Qué pueden hacer los sujetos que no quieren exponerse a la posibilidad de estos riesgos por el motivo que sea? Tienen la posibilidad de practicar el petting.
El petting (anglicismo), también llamado magreo en España, o faje en México, consiste en cualquier práctica sexual exceptuando la penetración (ya sea anal o vaginal). Es decir, consiste en besos, caricias, masturbación, sexo oral, masajes… cualquier práctica, excepto cualquier tipo de penetración. El petting es una práctica muy común entre adolescentes, y aunque he dicho que sirve para no exponerse a ciertos riesgos, si los puede tener, aunque en menos porcentaje. A la hora de realizar sexo oral, por ejemplo, es necesario protegerse con un preservativo (bien en el pene si es una felación, bien en la vagina si se trata de un cunnilingus) si desconocemos si la persona con la que se está tiene algún tipo de infección. Tampoco es recomendable que, aunque no haya penetración, el semen o el líquido pre-seminal de un chico caiga cerca de la entrada vaginal, ya que el semen o líquido pre-seminal podría entrar en ella y haber posibilidad de producirse un embarazo, aunque se trata de casos raros, pero posibles!. Por último, aunque estemos segurxs de lo que vamos a realizar es el petting, no está demás disponer de preservativos a nuestro alcance, ya que es una práctica que produce muchísima tensión sexual y existe la posibilidad de que pueda llegar a apetecer llegar a la penetración. He encontrado tres claves para realizar petting de manera segura y satisfactoria, y que resumen estas últimas puntualizaciones que he dado:

  • Infecciones de transmisión genital. Algunas personas creen que el petting no tiene riesgo de contagio de infecciones de transmisión genital pero eso no siempre es cierto. Si el petting incluye sexo oral, sí puede haber contagio de infecciones. Por eso deben saber que para practicar sexo oral seguro es imprescindible el uso de condones.
  • Embarazo. Aunque el petting es una práctica que no incluye la penetración algunas veces sí podría llegar el semen al interior de la vagina incluso si el pene no entra en ella. Cuando hay eyaculación sin preservativo cerca de la vagina, parte del semen podría llegar a entrar en esta y, aunque son casos raros, la posibilidad de un embarazo es real. Es muy importante que los sujetos conozcan esta circunstancia para que eviten los embarazos no deseados con el uso de preservativos u otros anticonceptivos.
  • Contención. El petting puede llegar a ser una práctica de alto voltaje. El deseo sexual se desata y es difícil controlarse. Por eso, aunque el acuerdo previo sea que no exista penetración, hay veces que es difícil atenerse a ello. Es importante que ante tal posibilidad, se tengan medios anticonceptivos seguros y eficaces y se usen llegado el caso.

Para cualquier consulta estoy a vuestra disposición. Hasta pronto bloggerxs!

Paula Sánchez, Sexóloga

viernes, 14 de junio de 2013

Minorías Eróticas: La Escoptofilia



Hola bloggerxs!! Ya estoy aquí de nuevo! Si hace unos meses hablaba de el exhibicionismo, hoy me atrevo a hablar de la escoptofilia o, lo que es lo mismo, el voyeurismo.

Al hablar de escoptofilia, nos referimos específicamente al comportamiento de aquellos individuos para quienes la visión como espectáculo de ciertos hechos ha llegado a ser una necesidad sexual. Como ocurre en los casos de exhibicionismo, para algunos de los sujetos voyeuristas, dicho comportamiento es incluso el único medio con el que pueden realmente satisfacer su instinto sexual.  Pero hay que tener una cosa muy cara: muchísimos hombres se excitan a través de la vista viendo a una mujer desnuda o durante el coito, pero no por ello entran dentro de esta definición. Cada sujeto voyeurista es un sujeto sexuado y, como tal, posee sus propios matices y sus propias peculiaridades, por lo que no todos los escoptofílicos tienen los mismos gustos: a unos les gusta ver una mujer desnuda, otros necesitarán estímulos especiales como ver, por ejemplo, escenas zoofílicas u homosexuales, y un montón de etc… es infinita la lista que se puede hacer. Y en ciertas ocasiones, los mencionados estímulos pueden carecer de un matiz sexual concreto. Por ejemplo, hay hombres que pueden alcanzar el orgasmo solamente contemplando a un caballo desbocado. Otros prefieren una representación realista del acto con todo lujo de detalles. Los escoptofílicos que necesitan estímulos fuertes, no encuentran tan fácilmente como los demás la posibilidad de satisfacer sus deseos sexuales.

Seguramente, si algunx de nosotrxs se encontrase con su pareja en algún sitio un tanto privado y llegase alguien para mirarnos, nos molestaría. Nos encontramos aquí ante un conflicto: los que quieren mirar, y los que no quieren ser mirados. La escoptofilia es una peculiaridad tan respetable y legítima como el exhibicionismo, sadomasoquismo, o cualquier otra (que ya iremos viendo, pero poco a poco), aunque en muchos lugares siguen bajo el punto de vista de la psiquiatría (lamentablemente). Asique, a todos los voyeuristas, no os preocupéis, que mientras vosotros satisfacéis vuestros deseos sexuales mirando, otros lo hacen de otras maneras diferentes también igual de legítimas que la vuestra. Disfrutar de nuestra sexualidad es un derecho (aunque no aparezca en la Constitución) que tenemos todos ;).

La entrada ha sido cortita, pero espero que os haya gustado. Para cualquier consulta ya sabéis, a través del correo electrónico o a través de las redes sociales, en las que cada día somos más, y os doy las gracias por ello!


FUENTE: Las minorías eróticas by Dr. Lars Ullerstan


 Paula Sánchez, Sexóloga 

domingo, 2 de junio de 2013

El punto G, el punto H... punto J, K, O, X...



Hola bloggerxs!!! Siento la ausencia, pero los estudios me están quitando demasiado tiempo terminando el curso. Hoy os hablo del punto G, y de otros muchos puntos de los que la gente habla aunque no saben muy bien de qué a petición de una seguidora de la página de Facebook! Aunque es un tema bastante divulgado, nunca está demás darle un repasillo.

Mucho se ha hablado, desde su descubrimiento, del famosísimo punto G. Aunque hoy en día, hay muchas personas que no saben lo que es, o piensan que es algo que realmente es otra cosa. Pues bien, el punto G es “una pequeña zona del área genital de las mujeres localizada detrás del pubis y alrededor de la uretra”. Yo siempre lo defino como “un pequeño apéndice en forma de aba (faba en Asturias) que se encuentra a partir de los 3cm dentro de la pared vaginal”. Este apéndice recibe el nombre de Punto G porque fue descubierto por el ginecólogo Ernst Gräfenberg (de su apellido que se llame punto G). Se descubrió que las mujeres que tenían este apéndice, al ser éste estimulado, se empezaban a excitar a medida que el punto G aumentaba de tamaño hasta que, finalmente, la mujer podía llegar al orgasmo. Ahora bien, y esto es muy importante, solo un 10% de las mujeres tienen punto G. Por lo tanto, chicas, mujeres, no nos obsesionemos si intentamos encontrar el punto G para estimularlo y sentir placer porque es más habitual no tenerlo que tenerlo.
Una vez visto esto, es cuando toca explicar que la mujer, generalmente, solamente tiene un solo tipo de orgasmo: el clitoriano. Como ya expliqué en la entrada de El clítoris, este órgano (sexual) solamente tiene una única función que es la de proporcionar placer. Por lo tanto, el 90% de las mujeres, que son las que NO tienen punto G solo podrán tener orgasmos clitorianos. El 10% restante, que son las que SI tienen punto G podrán tener, además de los clitorianos, los llamados orgasmos vaginales porque, como ya dije, el punto G se encuentra dentro de la vagina. Resumiendo: el coito vaginal, la penetración, no suele ser la mejor manera de que una mujer alcance el orgasmo.

¿Y qué hay de los hombres? ¿También tienen punto G? No exactamente. El punto G, al igual que el clítoris, es exclusivo de las mujeres. Pero sí tienen un punto en su anatomía que les produce excitación y placer. A éste punto se le suele llamar punto H (de Hombre) o punto P (de Próstata). Éste punto (de ahora en adelante punto H) está situado dentro del recto, a unos 5 cm del ano y en la pared que da hacia el frente, hacia la vejiga. Desde el punto de vista anatómico se trata de la próstata. Es la zona que se estimula cuando el chico está siendo penetrado por el ano (bien sea un dedo, un juguete, un pene…). Parece ser que el punto G y la próstata tienen semejanzas en cuanto a la composición de sus tejidos, incluso se ha llegado a decir que el punto G es la próstata femenina.

Por último, hay que tener en cuenta que a no todo el mundo le gustan las mismas cosas. Nuestro cuerpo está repleto de zonas erógenas que no tienen por qué ser ni el punto G ni el punto H. A unxs les pone los besos en el cuello, a otrxs que les chupen los dedos de los pies, a otrxs que les muerdan el lóbulo de la oreja, y así infinidad de cosas. A todos ellos se les puede poner una letra para identificarlos, por lo que tenemos un alfabeto entero de puntos erógenos y que seguro que alguna vez habéis oído hablar del punto K, el punto M, el punto X. Porque nuestro cuerpo está lleno de puntos, y solo es cuestión de investigar un poquito para conocernos mejor y disfrutar más aún de nuestro cuerpo.



Para cualquier cosa, os recuerdo que podéis utilizar el correo electrónico o las páginas de Twitter y de Facebook!



Paula Sánchez, Sexóloga