martes, 7 de mayo de 2013

Las Tigresas Blancas: las maestras taoístas

Hola de nuevo blogguerxs!! Lxs que me soléis leer sabéis que no siempre escribo post de mi propia cosecha, sino que en algunas ocasiones me gusta poneros información ya buscada para que conozcáis cosas que seguro que muchos y muchas desconocéis. Este post es uno de esos casos. Mi intención para esta entrada era recabar algo de información sobre una de las sociedades secretas que me llamó mucho la atención cuando leí el libro de Valerié Tasso “El otro lado del sexo”. Esta sociedad es la de las Tigresas Blancas. El problema es que, buscando y buscando, lo único que encontré fue fragmentos del propio libro, por lo que me es imposible aportar algún dato más. No obstante, aquí os dejo lo que encontré, estoy segura de que no os va a dejar indiferentes. 

Las Tigresas Blancas son un grupo de mujeres taoístas cuyo objetivo en la vida es restaurar su juventud y conseguir la inmortalidad espiritual. Creen que este objetivo sólo se puede conseguir a través del sexo, ya que la energía sexual es, según la filosofía taoísta, la más poderosa que poseemos. El sexo para las Tigresas Blancas no es un fin en sí mismo, tal y como suele enfocárselo en Occidente, sino un medio. Una mujer, cuando decide hacerse Tigresa Blanca, se forma durante nueve años, divididos en tres períodos de tres años cada uno:
•La primera etapa está dedicada a la regeneración sexual, ya que el concepto del sexo que desarrollan resulta fascinante. El primer trienio del aprendizaje se dedican casi exclusivamente a seducir hombres también llamados Dragones Verdes. Para realizar esta práctica, este ha de ser un hombre normal, no mayor de 65 años, con el que ella se sienta a gusto, pero con la única condición: de no enamorarse de él, para ello solo podrán verse como máximo 9 veces para después dejar pasar un mínimo de 6 semanas para que el hombre se recupere ya que la tigresa blanca ha de conseguir que eyacule al menos tres veces consecutivas en cada encuentro. 
•La segunda fase corresponde a la alquimia espiritual. 
•La recta final consiste en la filosofía contemplativa, el único camino directo a la inmortalidad.

Durante tres años, la actividad de la Tigresa consiste en tener el mayor número de encuentros sexuales posibles para practicarles felaciones (existen otros tipos de prácticas sexuales, pero no tan importantes). La felación es, para la tigresa blanca, la manera más eficaz y rápida de absorber la energía sexual masculina, además de ser una práctica llena de beneficios. Le devuelven a su infancia, donde chupar el pene se asemeja al acto de mamar el pecho de la madre. La felación, además, conlleva beneficios como aumentar la circulación sanguínea en la cara, respirar por la nariz y no por la boca, y las secreciones que se segregan (saliva, líquido seminal y semen), que son las que ayudan a la tigresa blanca a recuperar su juventud. 
Para estas fascinantes mujeres perder semen es perder energía. Por eso lo conservan con gran esmero (ya que para conseguir una gota de semen se necesitan 40 gotas de sangre). Las tigresas aplican el semen en todo su cuerpo en vez de tragarlo como si de una mascarilla se tratase, la cual retiran más tarde con un paño mojado en zumo de pepino. 
Estas mujeres se hacen llamar Tigresas Blancas porque la cultura oriental se cree que el tigre es el animal más dominante de la Tierra. Es el símbolo de la mujer y del yin. La actividad de estas mujeres se asemeja a la de las tigresas reales que, para poder quedarse preñadas, tienen que copular más de cien veces. Es decir, la tigresa necesita una cantidad de esperma muy superior a la del resto de los animales. Por eso es un animal muy seductor: tiene que atraer a muchos machos. En general, al macho le basta con una sola cópula, así que la tigresa tendrá que usar todas sus armas para atraer a otros, lamiéndolos y exhibiéndose delante de ellos. Pero la tigresa es también un animal muy solitario que se reúne socialmente en muy pocas ocasiones. 
El tigre blanco o albino es un animal muy poco común, que es rechazado por los demás tigres. Las Tigresas Blancas se hacen llamar así por su actitud hacia los hombres y por su lado poco convencional que muchos no comprenden. Para remarcar esta identificación con el animal se afeitan completamente el vello púbico (también con el objetivo de volver a tener el pubis de una niña), y se depilan el cuerpo entero, pero no se cortan jamás el cabello. Tienen una melena extremadamente larga que recuerda muchas veces a las rayas del pelaje de los tigres. 
Se dice, y así lo afirma Hsi Lai en su “Enseñanzas sexuales de las tigresas blancas: los secretos de las maestras taoístas” que, siguiendo las prácticas de las Tigresas Blancas, una mujer puede rejuvenecer entre cinco y quince años, dependiendo de la edad a la que se empezaron a recibir las enseñanzas. Se recomienda que cuanto antes se empiece la educación, mejor. Si una mujer es virgen, su período de formación puede ser más corto: seis años en vez de nueve. Antiguamente no era raro que niñas de catorce años empezaran su formación de Tigresas Blancas, pero no es una exigencia. Una mujer de cincuenta años, con la formación de nueve años de Tigresa Blanca puede llegar a aparentar muchos años menos. De hecho, se puede decir de las Tigresas Blancas que son mujeres "naturales" rechazan la cirugía estética, los cosméticos y recurren a productos que ofrece la naturaleza, a las técnicas de yoga para conseguir la flexibilidad que tenían de niñas y a las felaciones. Dicen que sus métodos son muchísimo más efectivos, ya que a la larga la cirugía estética suele estropear el cuerpo y los rasgos. Pero más allá del aspecto físico, lo que buscan es sentir que tienen la misma energía que cuando eran adolescentes, algo que consideran no puede obtenerse por medios artificiales. 
Las prácticas consisten en volver a tener el comportamiento sexual que tienen las adolescentes, reproducir las condiciones físicas de este período e intensificar el orgasmo. Para ellas el sexo representa eso: la faceta lúdica y sana de los jóvenes cuando hay una exploración y excitación mutua que no conoce límites. Cuando pasan los años, la mujer va perdiendo estrógenos y se acerca a la menopausia, transición inevitable entre la juventud y el proceso de envejecimiento. La menopausia supone para muchas mujeres la pérdida del apetito sexual, así que al practicar el sexo muy lúdico, las Tigresas Blancas alimentan permanentemente la estimulación sexual, lo que evita que se pierda el deseo. Retrasan al máximo la menopausia, o incluso la hacen desaparecer. 

Otro personaje importante en la vida de la tigresa blanca es el Dragón de Jade. Éste tiene una relación más profunda y duradera con la tigresa. Se trata de un "mecenas" que comparte sus objetivos y la mantiene al menos durante los tres primeros años. 
El dragón de jade, le debe fidelidad completa a la tigresa, y jamás le impone nada a ella, si después de este periodo de tiempo siguen juntos es decisión única y exclusivamente de la tigresa. Esta complicidad, más que un sinónimo de amor, se establece para conseguir una meta mucho más elevada: progresar juntos en el proceso de restauración de la juventud. Normalmente no viven juntos, pero si lo hacen, duermen en habitaciones separadas y solo una vez a la semana practican varias técnicas sexuales de forma muy estricta. 
Cada vez que la tigresa va a realizar una felación, espera el visto bueno de su Dragón de Jade, quien presencia los actos aunque sin que el dragón verde se entere. Él está autorizado a tocarse mientras observa la felación, pero jamás podrá eyacular. También puede negarse a presenciar los encuentros entre su tigresa y el dragón verde y normalmente, después de ellos y previo consentimiento de la tigresa, practican spanking (azotamiento de trasero) hasta que las nalgas estén ligeramente enrojecidas, mientras le hace preguntas sobre la felación que acaba de realizar con otro hombre. Esta práctica hace que el Dragón de Jade libere los celos que pueda haber sentido tanto si ha presenciado la escena como si no. 

 Las tigresas blancas también practican otras formas de sexo como son, por ejemplo, el coito, sexo anal, orgías o cunnilingus. 


Espero que os haya parecido interesante y que os haya despertado la curiosidad, que es lo que pretendía. Si queréis profundizar un poco más, os recomiendo “El otro lado del sexo” de Valerié Tasso y “Enseñanzas sexuales de las tigresas blancas: los secretos de las maestras taoístas” de Hsi Lai. Cualquier otra cosa, tenéis el mail a vuestra disposición o podéis dejar un comentario ;)


Paula Sánchez, Sexóloga